06 febrero 2012

Ayer descubrí esto

Entonces continuar ya no es lo mismo, esta vez es más difícil que ayer; ayer que sólo pretendía jugar y bailar al son de mi música, ayer sentada escuchaba cantar a las aves, ayer el viento jugaba con mis cabellos y al ver como se movían, disfruté ese momento.

Ayer decidí despojarme de todo y salir a caminar, conocer lo que debo de soñar. Decidí regresar a casa temprano y abrazar a mamá, abrazo que mendiga a diario, ayer me acerqué a papá y silenciosamente lo besé, aún recuerdo su expresión, sus ojos llenos de sorpresa y felicidad, ayer me besó.

Ayer fue distinto, recuerdo haber reído y llorado, ayer me caí y  continué corriendo, ayer pasó y hoy es un nuevo comienzo. Ayer tuve miedo de decir lo que siento, pero hoy decido que siento esto.



Para que te enteres

Preguntas como, ¿para quién escribiste eso? ¿Estás enamorada? ¿Te hicieron daño? En serio, basta, no tiene que existir un él o un ella para que escriba, no tiene que existir un latido de corazón a mil por horas para que mis dedos bailen, menos existe ese alguien que me ha hecho daño, porque si lo hubiera hecho en este momento no estaría aquí. ¿Para qué escribo? Para mi, para saber hasta donde puedo llegar, para entenderme y entender a los demás, para ponerme en el lugar de otros o fingir que lo hago; ¿por qué escribo? Porque no tengo otra opción, porque cuando mi mente quiere jugar a ser otra persona tengo que escribir para entenderla, tengo que escribir para que otros la entiendan. Escribo porque es la única forma en que mi mente juega, juega y es libre, y nunca la detendría.

Se trata de ti

Hoy no escribe ella sino yo, hoy ella se sienta a verme describirla, hoy sus grandes ojos me miran sólo a mí. Si me preguntas por qué yo y no ella, no lo sé, te diría que ella lo prefiere así pero en este momento sólo sonríe y juega con su cabello, si quieres saber por qué yo, tampoco lo sé, solo me siento a verla reír mientras me hace preguntas.

Ella sabe cuando tiene que venir, sabe como hablar para convencerme, y que hacer para que le diga a todo sí, como cuando me mira mientras mastica chicle, siempre con sus grandes ojos que buscan sacarme respuestas y yo que no los evado sino me quedo ahí parado viéndolos y viéndola a ella conseguir lo que quiere.

Hoy ella no tiene interés en saber que escribo, ni siquiera me presta atención mientras la describo, hoy sus pies descalzos giran alrededor mío y me canta canciones sin letras, que no existen y que probablemente no existirán. Sabe darme esa pequeña señal para que yo me aproveche del momento, como cuando me abraza y acerca su cabeza a mi pecho, en ese momento no importa nada de lo que haya hecho.

Me paso los días esperando señales de ella, como aquella vez que vino y me dijo que tenía frío, no esperé que pronuncie otra palabra y la abrasé, o cuando se viste con ropas ligeras y me deja ver su piel y se acerca con sus ojos grandes y me mira y me acelera todo. Hoy no se trata de mí, no se trata de que ella escriba, hoy se trata de ti.

05 febrero 2012

Juguemos a necesitarnos


Vamos a jugar a que me necesitas, juguemos a que te necesito o al menos imaginemos que juntos somos mejores, ahora pasamos horas esperando vernos y cuando nos vemos otras horas más viéndonos las caras de lejos, manteniendo una distancia prudente que nadie sabe porque la dejamos ahí, simplemente no nos acercarnos. Seguro y porque sabemos lo que puede pasar, porque esperamos que uno de los dos de el primer paso, y como de costumbre te digo lo primero que se me viene a la mente sabiendo cual va a ser tu respuesta, sabiendo que tu y yo jugamos a necesitarnos.

Pensar hacer las cosas bien no siempre funciona o esperar que todos estén de acuerdo con las decisiones que tome, menos tú, menos ahora y menos hoy que sólo me queda las ganas de ti,  déjame jugar a que te necesito, déjame lanzar dados y ver que nos sale, siéntate y mira como juego y como busco la manera de robarte un beso, un beso que sé que luego lo odiarás. Vamos a jugar a que me necesitas, vamos a imaginar que nos necesitamos.

En un café


Hay días, como cuando te chocan porque el tipo se pasó la roja y a pesar del mal rato esperas con ansias que quien lo hizo se baje de su camioneta, llama tu atención y la historia ya es otra. Días en los que el que está de turno en la caja del supermercado te sonríe esperando una respuesta; o en la fila larga del banco y el de atrás preguntándote cosas hasta lograr saber tu nombre y con suerte tu número de celular. 

Esta vez fue diferente, lo conocí de la manera mas extraña, con una pregunta. Luego un café y la excusa para hablar de un amigo que teníamos en común, esa persona que había sido causante de nuestro encuentro y protagonista de ese momento, y que probablemente este tipo estaba pensando en alguien más.

Entonces decides aceptar el café y regalas una sonrisa con el fin de ser correspondida. Aceptas otro café y te das cuenta que hablar de ese tipo dejó de ser la excusa para verse y que el café ya no es suficiente. 

Miradas cruzadas y sonrisas ocasionadas, otra vez lo piensas, el café no fue suficiente. Hay otro interés, ahora las cosas están claras entre los dos, no hay excusas para verse tan solo una llamada y otro café.

La lavadora

Mientras esperaba que salga el carro de la lavadora, me senté junto a 3 hombres que usaban pantalones cortos, todos tenían algo que leer, periódico, revistas, libro, y junto a ellos había una mujer de unos 45 años, de esas que no les gusta decir su edad, me puse a leer un libro sobre "Distancia y recuerdos", buen libro, no lo terminé. Empecé a soñar.

Soñé que corría en hermosos campos verdes y que el resto no importaba, soñé que caminaba con alguien a mi lado, que habían niños felices y padres cantando, soñé que todo estaba bien. Soñé mi vida y era feliz. 

El tiempo se me fue rápido, la hora con 20minutos llegó, el carro estaba listo. Decidí soñar para que el tiempo se vaya rápido y cuando vea la hora sabré que es hora de despertar, y todo estará bien.

Una palabra

Ven, aunque sea un ratito, unos minutos para ver tus ojos, tocar tu cuerpo, olerte y poner mis labios en los tuyos y que hagan lo que mejor saben hacer, besarte. Ven que mis risas se están acabando y que el día es día y la noche, noche, ven para recordar las mil y un formas en que me hacías reir, cantar y bailar, ven que la vida se me va, que mis años se me agotan, ven que te echo de menos hoy, mañana quizás.

Recuerdos

En el preciso momento en que piensas que todo está bien, viene un viento muy fuerte con el único objetivo de derrumbarte, y no me refiero a una tormenta que probablemente te destruiría de una, me refiero a solo un viento fuerte que te va derrumbando poco a poco y acabando con tu vida pedazo a pedazo dejando tan solo migajas y lágrimas. Ahí es donde entran los recuerdos, esos que te hacían reír, esos que disfrutabas con la persona que querías, en ese momento en que ese viento te está destruyendo vienen los recuerdos de cuando crecías, las canciones que te cantaba, los apodos que te ponía, y las veces en que sonreías y te correspondía.

A pesar de tropezar y correr contra viento tienes esos buenos momentos, como el disfrutar de un dulce, o de una hermosa lluvia en pleno día, o cuando acababa la lluvia y veían juntas el arco iris, esos son los momentos que ahora son mis recuerdos que me hacen sonreír y me dan la fuerza para seguir corriendo contra viento.

Es diferente

Sería diferente, mi vida cambiaría, mi mundo giraría en torno a ti, pensaría en ti a cada momento, y contaría las horas, minutos y segundos para volverte a ver. 
Te convertirías en mi mundo, mi vida, mi alegría y mi nueva forma de vida, viviría para hacerte feliz, para verte sonreír, para jugar contigo y verte soñar. Dejaría algunas cosas, como mi libertad, mi modo de andar, de vestir y hablar, pero todo vale por ti. 

Sería diferente si estuvieras dentro mío, te vería crecer mes a mes, te escribiría cartas todo el tiempo y esperaría que vengas para leerlas, hablaría contigo, te cantaría. Quiero que sepas mi pequeño que esperaré hasta que sea el momento indicado para que vengas al mundo, mientras tanto estoy aprendiendo, viviendo, soñando y esperando conocer a tu papi. 
Hasta entonces sueño contigo, y desde ya te amo.

Soñando con la verdad


Extraño comenzar de nuevo, 
despertar y fingir desvelo, 
reír conmigo o reír contigo, 
ganar a veces perder. 

Extraño distraerme y recordarte, 
no tengo la mínima intención en volver 
para encontrarte, 
no si eso implica caminar a tu lado. 

Te dejé atrás, dime la verdad.

Extraño despertar sin tenerte en mi cabeza,
echarme a la cama sin desearte a mi lado,
meterme a la ducha sin jugar con tu brazo,
cerrar los ojos sin escucharte cantar


Te dejé atrás, dime la verdad.


Extraño correr descalza, 
jugar con ellas y reír de ellos; 
comer y beberme los días, 
soñar sin contener mis lágrimas.


Te dejé atrás, dime la verdad.

Te dejé ahí, donde supuse no podías escapar,
no salgas, quédate, no vengas a mi realidad.
Puedo vivir sin tener algo contigo,
y después de todo ¿Cuál es la verdad?

Poniendo la basura en su lugar

Imaginarme un día sin ti, sería extraño, estas en todas partes aún al cerrar mis ojos. A pesar de eso te estoy alejando de mi, te estoy dejando ir, estoy fingiendo algo que no soy, sonriendo y llorando a tu alrededor, ésta ya no es mi vida, se esta convirtiendo en la tuya, estoy girando entorno a tu vida, cantando sin razón y dejando todo a mi alrededor. Tengo muchas dudas que me atrapan, pero a pesar de eso te estoy dejando ir, sí de nuevo estoy fingiendo sonrisas, fingiendo que sufro por esta despedida, soltándote para una nueva venida.

Como tú... como vives, como crees y sueñas.
Dejandote ir en una despedida.

Empecemos a leer

Que momento difícil.

De pronto entendí todo, existe el amor y con ello también el dolor, si no sintiéramos dolor seríamos personas frías y el amor perdería le verdadera magia, sólo me queda encontrar mi verdadero amor, mientras tanto sé que no importa cuanto dolor sienta al final encontraré la verdadera magia.

Y que a pesar de lo difícil que es vivir, viviré intensamente como si fuera mi último día, para cada día dar todo lo que soy.