El reloj marcaban las 10pm y en ese momento lo vi atravesar la puerta, despistado, como quien busca algo que se le ha perdido. Con gracia me ocultaba tras un poste y en ese momento me vio, juro que hasta hoy no había sentido algo igual, se acercó y nos quedamos a una distancia prudente donde sabíamos que ya no había que esperar y donde podíamos vernos las caras, me abrazó y me besó.
Justo en ese momento fui tan feliz, que no hubiera sido necesario seguir viviendo.
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