Ana se sentó esperando que la inviten a
bailar, veía a todos lados, cruzándose de piernas y sonriendo, pero así se
quedó.
Deben estar cansados, imaginó ella.
Al momento de levantarse para irse a casa
se topó a Carlos, y conversaron toda la noche, a Carlos le pareció que la
había visto lo suficiente, pero Ana nunca se quitó la máscara.
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