La foto de Raúl Santana, Quito. |
Recuerdo la primera vez que subí a un bus, fue a los 14 años, lo hice en contra de la voluntad de mis padres, tengo que confesar que estuve asustada, no tenia idea que el bus tardaba 1 hora en ir a mi casa, pero con una sonrisa lo hice.
Esa tarde -que puede ser cualquier tarde hace diez años atrás- decidí llamar a mis padres para comunicarles que no vengan por mi, que cogería el bus.
- Bueno, pero ten mucho cuidado - me dijo mamá
Antes que pudiera responder ya había colgado, que entusiasmo.
Para mí era un paso muy importante, me sentía independiente, ya no necesitaba que me recojan, iría en bus.
Sin pensarlo tanto, caminé a prisa, levanté mi barbilla, mi espalda recta y a pasos largo, estiré mi mano en la parada de bus y dejé salir una sonrisa, que elegancia con la que lo hacía, que alegría.
Esa fue la primera vez que subí a un bus y lo disfruté. A veces el paso del tiempo nos hace darnos cuenta de las cosas, hoy mientras caminaba a la esquina de mi casa para coger la metro recordé esa sensación de hace diez años atrás y en ese entonces fue la primera vez que experimenté la independencia, y que hasta hoy he sido adicta.
La primera vez de cualquier cosa siempre es especial, aunque muchas veces tardamos en darnos cuenta, hasta hoy.
Está increíble este post beba. BIEN!
ResponderEliminarBien eh, por e título pensé que a nota iba por otro lado, pero está bacano.
ResponderEliminarComo siempre un texto digno de leer.
ResponderEliminarTu eres guapísima. Eso es todo
ResponderEliminarIncreíblemente bonita.
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