29 enero 2013

Encuentro futuro


Cuando te vea te comeré a besos, te dejaré sin aliento y sin importar tu condición te quitaré la ropa, no me importa si no quieres, no me importa si me has olvidado, ni siquiera me importa a donde nos llevará eso, solo lo haré por placer, por placer a recordar algo que sé que no se ha ido.

Necesito recordar, descubrir si voy a sentir lo mismo, no se que quiero probarme o a que estoy jugando, sólo sé que eres especial y cada mirada que tuvimos fue intensa y esa intensidad atravesó mi cuerpo y hoy tengo miedo que un poco de ella haya llegado a mi corazón.

Brochazo

Carolina tiró sus pinceles a la basura, 
y nunca más compro colores.

A callar

Más que sus palabras o las frases que hacía para mi, más que el tiempo en que tardaba en mover sus labios o sonreír, lo que realmente me hipnotizaba era su silencio. 

La niña de las palomas

Ella suponía que los días serían iguales, que el sol saldría temprano y con ganas de provocar quitarse la ropa, que la lluvia caería justo cuando tuviera que salir. Que se encontraría con las mismas personas que saluda todos los días. Se amarró los converse, se puso el sombrero y salió a correr hacia el otro lado, quería evitar no sólo a las personas, sino también a las palomas.



Permiso, por favor

Soy celosa con mi cuerpo, con mi espacio vital, lo que intento decir es que me molesta la idea de compartir mi espacio con otro cuerpo. Me molesta cuando estoy en la fila y el de atrás esta respirando sobre mi cuello o escuchando mi conversación; sin embargo a pesar de mi celo, mi carácter genera comportamientos tolerantes hacia cierto contacto físico que con una sonrisa la autorizo, entre ellos están los abrazos, los besos, el comúnmente llamado ‘piojito en la cabeza’, los apretones, entre otras contactos físicos, todo eso bajo un control que no lo hago evidente.


Caminando es diferente, lo hago a prisa como si necesitara llegar a tiempo, saludando si recibo un agradable 'Buenos días señorita', viendo a todos lados, un poco seria pero sonriendo a la hora de hacer contacto visual con algún conductor para que me deje cruzar la calle, y funciona, cuando se trata de ser un peatón me llevo la medalla.


¿Bailando? pasa algo muy curioso, no rindo mi cuerpo a un desconocido, me agrada la idea de bailar sola, de moverme con la música y si es posible de quedarme en la mitad de la pista bailando mientras todos se agarran con sus parejas, pero si estoy con amigos eso ya es otro punto aparte. 

27 enero 2013

Bala perdida

La bala lo atravesó de lado a lado, 
el hombre no podía contener la hemorragia, 
intentó tapar el hueco con un pedazo de tela rota, 
y esperó por ayuda.
Vivió, pero nunca volvió a amar