Soy celosa con mi cuerpo, con mi espacio vital, lo que intento decir es que me molesta la idea de compartir mi espacio con otro cuerpo. Me molesta cuando estoy en la fila y el de atrás esta respirando sobre mi cuello o escuchando mi conversación; sin embargo a pesar de mi celo, mi carácter genera comportamientos tolerantes hacia cierto contacto físico que con una sonrisa la autorizo, entre ellos están los abrazos, los besos, el comúnmente llamado ‘piojito en la cabeza’, los apretones, entre otras contactos físicos, todo eso bajo un control que no lo hago evidente.
Caminando es diferente, lo hago a prisa como si necesitara llegar a tiempo, saludando si recibo un agradable 'Buenos días señorita', viendo a todos lados, un poco seria pero sonriendo a la hora de hacer contacto visual con algún conductor para que me deje cruzar la calle, y funciona, cuando se trata de ser un peatón me llevo la medalla.
¿Bailando? pasa algo muy curioso, no rindo mi cuerpo a un desconocido, me agrada la idea de bailar sola, de moverme con la música y si es posible de quedarme en la mitad de la pista bailando mientras todos se agarran con sus parejas, pero si estoy con amigos eso ya es otro punto aparte.
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