24 enero 2015

Pablo


Cuando me dijeron que tenía que hablar frente a las personas que me habían señalado por la muerte de Pablo, sólo se me ocurrió escribir un discurso en una hoja, así tendría la excusa perfecta para mantener la cabeza agachada, con la única intensión de esquivar las miradas acusadoras. 

Pablo, sólo pensaba en la manera en que todos estarían sentados observándome, hablando entre sí y murmurando sobre el error que había cometido al venir a casa conmigo, imaginaba las cámaras y grabadoras que pondrían frente a mí, con la única intención de causar en mí, remordimiento y logrando que tartamudeé mientras leía lo que ellos querían escuchar.

Apenas tuve fuerza, agarré el marcador negro y una hoja, empecé a dibujar cada palabra. Recordé las respuestas que nunca me dio y las preguntas que nunca hice, es que al final de todo lo que ellos querían escuchar era lo maravilloso que había sido él conmigo, y por última vez yo estaba dispuesta a mentir.

4 comentarios:

  1. wow, esto te paso de verdad o es puro relato???
    si te pasó de verdad, sorry. que duro.

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  2. A veces hay que dejar morir a una persona, sólo así nos liberamos.

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  3. A veces hay personas que viven en una mentira y les aterra tanto salir y decir la verdad, que pena. Que feo.

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