Ven conmigo, le dije.

Ven conmigo le dije. 
Y le enseñé a dibujar abrazos virtuales que muchas veces reemplazaron la realidad, le enseñé a sentarse y esperar cuando la ciudad conspiraba para que llegue tarde y a revisar su celular por si lo necesitaba. Le mostré mi modo más sincero y le explique el porque de mi rechazo a la carne y aprendió a pedir pizza sin tomate. A compartir su bebida a la hora de la cena y esperar a que yo me levante de la mesa. Le enseñé a ignorar la lluvia cuando recién empieza a caer y a abrir la ventana para disfrutar el sol. Ven conmigo le dije y le mostré el amor a mi manera, y por amor él me enseñó el universo a la suya.

Soy libre

Te libero.

Te libero de mis besos cada mañana,
te libero de mi despertar.

Te libero del sueño que tenías conmigo,
te libero de soñar.

Te libero de esta locura a diario,
te libero de amar.

Pero por favor, libérame de tu recuerdo.

La verdad es la última palabra

No todo había cambiado, sólo yo. 
No dudaste, me echaste por la borda,
vendaste mis ojos y me echaste a andar
"Sigue, sigue que estoy contigo"
y que nunca me ibas a dejar, dijiste.

Mierda.
Me conformé con tus delirios de media hora,
me creía tus Lunes con sabor a Viernes,
y lo eterno que volvías mis Domingos.
Te creí. Caminé a prisa bajo la lluvia,
que no esquivara los charcos, insististe
que así te gustaba más.

Mentiste.
Ataste mis manos a tu rostro sin cuidado.
Dejé tus manos en mi cintura, sin preguntas
y prometí regalarte cada uno de mis abrazos,
nadie te dijo que entres a mi vida,
ahora no te salgas, no detengas esto.

Prometí regalarte cada uno de mis abrazos,
juré hacer de nuestros besos mas largos,
procuré compartir instantes contigo.
Pero si, tienes razón. Antes no era así.
El dolor cambia a las personas ¿sabes?
No lo cambia todo, sólo a mi. Te amo.

De amores

Los hay, de todo un poco y en cualquier momento los hay.
Hay personas que se pasan sus días buscando un amor, uno del que puedan depender para no sentirse solas. Hay otras que sostienen una mentira, porque no pueden aceptar la idea de no tener a alguien.

Y hay otras que deciden vivir el día a día, sonreírle al sol y conocer cuántas aves cantan en la mañana, esas personas son las que sin saber el momento exacto encuentran a alguien atravesando el teatro, sin conocer el porque empiezan a sentir y descubrir algo que nunca estuvieron buscando pero que siempre estuvieron generando. Y se enamoran de tal forma que no cabe en palabras.

Ay mamá

Ay mamá, 23 años de otorgarte ese título. 
Que distintas somos, que manera la mía de complicarte con mi forma de vivir y que manera la tuya de amarme y defenderme. Gracias por los ratos en los que te pedí que salgas de mi vida y te quedaste. Me has demostrado ser valiente, soy un chiste a tu lado, ojala llegara a ser tan sólo la cuarta parte de lo que tu eres, sin perder mi escencia como tu dices.

Tu despedida

Que todo había acabado, fue el zarpazo que recibí el Jueves por la mañana, con el desayuno en la garganta y sin agua tuve que tragarme la noticia. Llevaba la respiración agitada y una gran dificultad para hablar. ¿Pensaste en que tenía que ir a trabajar?

No, nunca piensas en los demás.

Disimular, ¿Disimular yo? Como si se pudiera tapar el alma destrozada con un sólo dedo, que no. Aún ni cubriéndola escondería todo esto que llevo por dentro.

No, nunca entendiste mi forma de amar.

Apostaba al amor, que no era más que una ficción que daba a cada paso de gigante y la volvía realidad. Llevaba la vida antes de ti intentando no jugar, por miedo a perder.

No, nunca me dejaste volver a intentar.

Y aquí me tienes, recogiéndome en pedazos, abarcando con todo lo que te he entregado. Que no quiero devolución, para que pedir de regreso los abrazos, si ya los usaste.

Eras mi primera charla, eras mi primer café. Eres mi ayer.

Ni la palma de mi mano

Que no todo lo que siento te lo muestro, 
me guardo un puñado.

No se me ha ocurrido desbordarme frente a ti. 
¿Débil yo?
Sólo si lo mides de tal forma 
que ni tu mismo encuentres resultados.  

No se me ha dado por contar tus ausencias 
y sumar mis desplantes,
contigo, me lo guardo todo. 
Ah no, menos las miradas, 
que de eso ya aprendí a conseguirte.
Salud.

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Los segundos

De repente llega alguien que te dice que pares.
Que aflojes un poco la soga que te has atado,
que las cosas toman su curso y hay que soñar.
De repente llega ella a cambiar tus tardes,
llega a convertir tus segundos en eternidades, 
tus momentos en sin finales.
Y te demuestra que su risa puede detenerlo todo.