26 julio 2014

Ponle título



Que se joda el vértigo, 
que se joda el miedo, 
si quieres jódete también, 
pero yo aquí me quedo.

16 julio 2014

Mi cielo

Érase una vez en una lejana galaxia una mujer que no hacía más que jugar, siempre supo donde encontrarme, fue mi norte y mi tiempo; muchas veces la perdía de vista, pero tan sólo bastaba mi grito para que su corazón lleno de envidia se dejara atravesar de lado a lado por mis caricias, que no hacían más que funcionar como una espada de doble filo y que no tenía contemplación.

Érase una vez en una mente lejana, un rostro en el que no hacía más que demostrar constelaciones y que a veces conseguía algo más que su sonrisa y así me devolvía la alegría, procurando algo más que felicidad y provocando que no la pueda olvidar. 


Érase una vez mi cielo

Seguimos luchando

Lo único que alcancé a escuchar fue el grito desgarrador de mi hermana "Dios ya no puedo más", en ese momento me entró un escalofrío paralizan mis piernas. No quería entrar en la habitación, de lejos se percibía la angustia. Aturdida por la noticia que ya sabía iba a recibir, entré y vi a mi hermana en el piso, me eché a llorar ¿es mamá verdad?
Ambas nos miramos y por un instante hubo paz.


Seguimos luchando

Las mariposas

No me tomaría más de 10 minutos y lo recordaría toda la vida, papá no hacía más nada que no sea sonreír. Me pusieron el equipo y como si fuera experta en esto, me paré en el filo del puente, vi hacia abajo y sentí más cosquillas de lo que se siente cuando hay mariposas en el estómago. 
¡Ay! no había marcha atrás, me solté y grité hasta que la soga se templó y con la misma fuerza con la que bajaba me subió.
¡Ay! cosquillas de nuevo.

10 julio 2014

Del 1 al 12

Problemas, sí que los hay.
El problema es que hay personas 
que viven mucho tiempo guardando silencio, 
callando lo que deberían hablar, 
cerrando su boca para evitar gritar, 
volteando para no dejarse preguntar 
y mordiendo los labios para no lastimar.
El problema es que yo no sé callar.

Habla


04 julio 2014

De verdad

Que tengo un arte para escribir dicen, que no. Que se enteren que lo hago con sangre en una mano y lágrimas en la otra. Que muchas veces es dolor que disfruto disfrazar en ilusiones. Que hay amor, paz. Que no se sabe por donde va a acabar, el escrito digo. Que he aprendido a no detenerme, que mas o menos así encuentro tranquilidad, en este mundo hostil que no se cansa de tirarme para atrás. Que mi mente se deja, y la dejo también y que no se me hace los días sin titubear, sin tararear ni susurrar mi próximo escrito.