22 agosto 2014

23 Agosto de 1990

Del año 90, cuando mamá usaba cintas, fleco y chaqueta. Agosto 23 para ser exacta y eso de signos, estrellas y tal, nunca lo supe creer y no tengo intención si quiera. No me bautizaron de niña porque mis padres nunca fueron de creer en eso, ya esperaban que yo lo decidiera cuando pudiera caminar.

Estuve en algunos colegios, uno militar y hacer papitos era de todos los días; otro católico que me cruzaba de banca para no meterme la hostia y saludando a cual cura pasaba; y el otro cristiano, que me quedaba en el expreso durmiendo mientras oraban por las mañanas.

Siempre se me dio bien relacionarme, no fui popular, pero todos sabían lo que hacía y esperaban lo que pensaba hacer. Tuve suerte con mis amigos, algunos se iban y nunca pretendían otra cosa, supe quedarme con los que aún siguen conmigo, para las fiestas, para las parrilladas, para los viajes y para estudiar. 

Soy la mayor de tres, la que me sigue es mi hermana que tarda mas o menos 1 hora en arreglarse frente al espejo, que disfruta de los mojitos y del karaoke, que no se le hace vivir sin su celular y que planea algún rato tener su propia empresa y más de 3 personas que mandar. Es lo contrario a mí y que bien que sea así.

Mi hermano, con 1,80 metros de altura y piel blanca que no sabe si quiere ir a la universidad o irse de fiesta a la playa, que cada vez y cuando uso el par de aretes que esconde, que le hace bien lo de la música y el skate, y que no tiene ni la más mínima idea de que hacer con su vida, pero el tipo sabe una cosa y se lo repite, quiere viajar.

Lo de escribir no se por donde viene, por parte de papá se monta a caballo, se come cerdo y se puede diferenciar entre lima y limón. Mamá solo lee, el abuelo, primo, tío y esposa son los que pintan, el otro diseña castillos en Italia y otro par de lencería; yo sólo uso el pincel cuando no me dan las letras para hablar. De la música no hablemos que la respuesta siempre es la misma, desde Ramones hasta los cantautores que vengo descubriendo en el día a día. Kiss también claro.

No me he creído eso de los novios a tan corta edad, y por corta me refiero a menos de 18 años, que se yo. Prefería los converse y licras bajo la falda para jugar fútbol en el receso, los ensayos y el juego de basket. Descubrí el amor a los 19, a esa misma edad lloré por amor, sólo un día, nunca se me ha dado esto de llorar aunque se lo merezca. He tenido 2 novios, y no he besado a mucho más, tampoco me dejo besar. Que según dicen debo vivir mi vida más, que tengo 24 años y mucho mundo por conocer, pero nunca aprendí a abrir mi corazón a quien pretenda abrirlo, menos la entrepierna.

He tenido más trabajos que profesión, desde el asilo, orfanato, lo de entrenadora personal con el baile y las carreras, pero soy diseñadora gráfica y eso no me lo dejo quitar. No pretendo dejar de escribir, no es una opción dejar de pintar y mucho menos de sonreírle a la cámara, ya lo demás se puede cambiar.

Estoy aprendiendo, cada portazo lo recibo y sigo andando. No pretendo dejar de sentir lo que ahora mismo late dentro de mí, hoy sonrío, y el mismo plan tengo mañana, todo o nada.

4 comentarios: