EL tiempo corriendo, no entiende de
esperar, simplemente hace su trabajo, tiene que avanzar, y yo que he aprendido
que las cosas son momentáneas, que el tiempo se va y que el minuto se lo
aprovecha, y mas si se trata de él; del tiempo y de él. Cuando las cosas
comienzan a prisa, así también se van, he aprendido que tengo que disfrutar el
momento que tengo con una persona, ese café que fue excusa, o ese instante a
solos que ya no habían palabras que decir, he aprendido que si caminamos
tardamos más tiempo y que muchas veces es la mejor manera de aprovechar el
momento, y así lo hice y así acabó.
No importaba lo que podía llegar a pasar, ni
que tan lejos podíamos llegar, ni el tiempo, ni el espacio, ni el momento en
que podíamos vernos, o lo que tardes en caminar, sólo estaban las ganas, las
ganas y él para quitármelas.
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